El helado de vainilla es quizá el más popular del mundo, pero en México adquiere un valor especial. Esto se debe a que la vainilla, originaria de Veracruz, es considerada un tesoro nacional con historia ancestral en la cultura totonaca.

Su sabor delicado, perfumado y dulce lo convierte en la base perfecta para combinar con cualquier otro ingrediente. En repostería mexicana suele acompañar pasteles, pays y buñuelos, además de servirse con chocolate caliente o frutas frescas.

La vainilla mexicana es única, reconocida internacionalmente por su intensidad aromática. El helado preparado con esta especia auténtica tiene un sabor mucho más profundo que el industrial. Es una experiencia sensorial inigualable.

Más que un helado, es una parte de la identidad gastronómica del país. Cada bocado recuerda los campos de Papantla y la tradición artesanal que mantiene viva esta joya mexicana.