El helado napolitano es uno de los más queridos en México y el mundo. Su origen se remonta a Italia, donde inmigrantes en el siglo XIX popularizaron la combinación de chocolate, vainilla y fresa en capas perfectamente balanceadas.

Cada sabor aporta su carácter: la cremosidad de la vainilla, la frescura frutal de la fresa y la intensidad del chocolate. Juntos forman una mezcla que conquista a niños y adultos por igual, siendo ideal para compartir en familia.

Este helado se consume en todo el país, tanto en neverías tradicionales como en presentaciones industriales. Es muy común verlo en pasteles helados, copas decoradas o simplemente servido en rebanadas rectangulares.

El napolitano se ha convertido en un símbolo de nostalgia y convivencia. En México, suele disfrutarse con galletas María, en malteadas, o como postre después de una comida casera. Nunca pasa de moda.